Exposición a la pintura de William Turner
Para Willie y Lidia, que estuvieron allí
IMPRESIÓN
Rastros de una exposición, como se expone uno al sol, en este caso a una pintura: lo que el sol deja en la piel estos cuadros, atravesando la retina, lo dejan en la atención, que encendida, al despertar, de pronto entiende, es decir ve, pero no delante sino dentro, en el cuarto propio que ilumina la ventana fraguada, lo fugaz de lo que se hace nítido, flagrante, lo inaprensible de la certidumbre, dado en una silueta pero intraducible a un lenguaje explícito, articulado, en la serie del tiempo, fuera de la eternidad, acorde a un dogma ya pasada la epifanía, que la imagen evoca en todo su exceso. En un plano general fuera de foco o también, más radicalmente, la precisa visión de un mundo desde siempre y para siempre en formación, de materia indecisa entre lo líquido, lo gaseoso y lo sólido, casual, ocasional, se destaca como un grito seco en el murmullo, un pico entre nubes o una aleta en el mar un perfil o un cuerpo entero de contornos nítidos, cortantes, prometido de regreso al magma o difuminación que lo rodea, sin principio ni fin como los suyos. Ese instante de concentración fijo en la tela, robado al natural o sea creado, se imprime en el ojo cuyos párpados interiores abre con la vivacidad del momento en que se comprende, con esa misma clavada exactitud, lo que fue vago y se escurría como bruma durante los años en que, como a un punto cada vez más apretado, se lo circundaba. Ahora, suspendida y vertical a la altura de la mirada, bajo los firmes trazos resueltos que atraviesan el espacio enmarcado y la definen, esa cápsula de tiempo conserva la fórmula ilegible de lo entrevisto, por más que la duración vuelva a tejer su niebla alejando a los seres de ese lapso de revelación interior. Todo está deviniendo en la naturaleza expuesta. ¿Se hace y deshace en sí o en la percepción? La luz que alumbra y muestra quema y ciega. El agua y el fuego son luz, el aire y la tierra planos. La cosa preserva de la mirada inconstante. Borrar lo visible es manifestar lo invisible.
EXPRESIÓN
Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
José Lezama Lima
1
…marinas. Estados de la materia.
La luz y el foco. Impresión y memoria.
Concentración: instante equivalente
al punto negro del entendimiento
súbito de lo que fue gris y vago
durante décadas de circundarlo.
Una cápsula impenetrable como
inaprensible es lo que encierra y cifra.
Aunque el tiempo vuelva a tejer su niebla
con el alejamiento de los seres
de ese momento de revelación
interior, en el exterior la forma
conserva firme la huella en el mar,
el paso que se adentra en la espesura
disimulada del aire que muta
en llamarada disolvente, en ola
recurrente del caldero sin fondo,
negación, afirmación, sol que ciega
al iluminado, que pasa y deja
su sombra enraizada en la tela espesa
de haces, gotas, vapor, polvo, chispas…
2
…un mundo magma que hace y deshace
sus objetos flotantes en el agua
y el fuego, la tierra, el aire y el tiempo,
de paso entre lo sólido, lo líquido
y lo gaseoso hacia ese instante
creado, extraído del natural,
donde no se lo encuentra en su elemento,
en que algo que excede todo nombre
alcanza su más nítido perfil,
su silueta recortada del humo
de la locomotora y sus horarios,
su perfecta definición sin lengua
ante un testigo igual de concentrado,
mientras la lenta explosión continúa
y alrededor del marco se hace tarde,
difuso, descompuesto, contagiado…
3
…y todo deviniendo: Apolo, Dafne,
la luz del día, las aguas del río,
las reposadas y las distraídas
a la orilla del camino, los dúos
anónimos que antes de pasar
han de saciarse, los crecientes árboles
y las casuales montañas, el perro
persiguiendo a la liebre como si otra
metamorfosis estuviera a punto
de consumarse en el amplio universo
que a sus criaturas así empequeñece…
4
…naturaleza. ¿Se hace y deshace
en sí o en la percepción? ¿Te parece
o así son las cosas, sin ser, pasando
por el remolino de la materia
a la incandescencia del resplandor
ígneo o líquido que ves o líquida
visión y consistencia iluminada?
¿Desaparece el mundo bajo el agua
evaporada en el espejo ciego
de tu elaborado deslumbramiento?
¿O son los sentidos exactos, justos
en su correspondiente intermitencia
con el no llegar a ser de las cosas,
salvo durante el momento robado,
como el fuego que nos dio Prometeo,
en medio del impreciso tanteo
temeroso de quemarse, en que, erguido,
un perfil se distingue, inconfundible,
aunque a nadie recuerde? Las palabras
de Heráclito sí las sé de memoria:
reflejan precisas, aunque anteriores,
este amarillo de tonos graduados
entre la luz de gas y el estallido
propio de la brasa absoluta sobre
la que estamos parados o vagamos.
La luz que alumbra y muestra quema y ciega,
la limpia claridad se lleva todo
en su crecida. Mira esos blanqueos
con ojos de chino, conocedor
de lo que significa lo borrado.
Considera la composición: fuego
y agua muestran y ciegan, aire y tierra
son planos de apoyo, elusivos pero
comparables a la tela, que admite
hasta un marco para su exposición.
Borrar lo visible es manifestar
lo invisible, según tal tradición,
pero si existe algún mundo es el mismo
para todos los seres, dice el credo
que sostengo, en el mudo terremoto
representado, el huracán modelo,
el posado incendio o la tempestad
enfrentada al espejo reconstruido
en estudio, a la luz del intelecto
separado, como el mirón, del cuadro
donde seco y fugaz hace alto el fuego
que crece y decrece según medida…
5
…riverrun, past Eve’s and Adam’s, en círculos
concéntricos rodeando la amarga
y fría Naxos, según la leyenda
arrojada como Ariadna allí en medio
del mar, desgraciada, piedra gastada
por las olas pero no relevada
de su posición y aquí sin embargo,
en vez de sola y yerma ante el desierto
salado y oscilante, acariciada
por la marea, que trae de vuelta,
corregida por la composición,
al mismo paso que por los canales,
quizás modelo de este reviraje,
mezclada en la creciente del dios joven,
la espuma levantada por el héroe
desvanecido en el punto de fuga
y ausente de la orilla consultada
por la sedienta del hilo cortado,
exánime después de la aventura,
con Howth Castle and Environs arriba,
a la izquierda, y a los pies dolidos
el estuario de corriente traidora
que en un rincón detrás del árbol negro
que divide el tiempo como un espejo
vuelve a darse la vuelta, remontada
por la troupe del joven dios invertido
pero igual en su reaparición
plástica, retorciendo el horizonte
para rizar el ciclo: a loved a long the…
6
…no sólo la luz en su afección
de la mirada, sino cómo son
las cosas en sí: su metamorfosis
después de su génesis, su romperse
que en el hacerse nace, prometido
desde la gestación por la manera
de concebir, oscura y no mental
como se ofrece a la interpretación.
Pensar en las cosas, no en los objetos
que la mirada eleva a tal concepto,
pensar con las tres dimensiones dadas
al plano por la perspectiva, incluso
cuando ésta venga de la claridad.
Al objeto lo crea la mirada,
que se engaña, se corrige y aguza
la punta de su lápiz, madre fértil
en ideas alumbradas y cuerpos
nombrados, pero las cosas no hablan
ni muestran su interior ni se dan vuelta
para favorecer acceso alguno
e incluso sus funciones les resbalan,
si una mano las ha puesto en el mundo.
Pensar en las cosas. Y no “pensar
las cosas”, que viene a ser fabricar
objetos, sino pensar “en” las cosas
como vienen, como están: ese borde
más allá del que pensar no se puede
y los objetos se funden, caídos
o evaporados en la insolación
que reduce las frentes a una fiebre
voraz en su delirio sin palabras
y visible únicamente en el ciego
reflejo que concentra las miradas
antes de perderlas por el salón…
13–17.9.2022
TRANSCRIPCIÓN
Notas tomadas a mano en el programa durante la visita a la exposición en el Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC)
…marinas. Fugacidad de la definición.
Estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso).
La luz y el foco. Impresión y memoria.
Concentración: en el instante equivalente a un punto
en que se comprende lo que fue vago durante los años
en que se lo circundaba: captado, se fija como
una cápsula (forma: aunque el tiempo vuelva a tejer
su niebla con el alejamiento de los seres de ese
momento de revelación interior.
Un mundo magma que hace y deshace sus objetos
en estado flotante entre líquido, sólido y gaseoso
y en el que algo alcanza la nitidez/definición/concentración
en un momento creado (no natural: el del cuadro, cifrado)
rodeado de magma tiempo materia.
Todo está deviniendo: Apolo y Dafne,
persecución de animalitos (perro y liebre).
NATURALEZA
¿Se hace y deshace en sí
o en la percepción?
La luz que alumbra/muestra y quema/ciega.
Agua y fuego muestran y ciegan.
Aire y tierra son planos de apoyo.
Sol luz fuego: borrar lo visible es (un modo de) manifestar lo invisible.
No sólo la luz en su afección de la mirada,
sino cómo son las cosas en sí:
génesis metamorfosis hacerse y deshacerse
pensar en (las) cosas, no en objetos
objeto: para la mirada
cosa: reposa en sí
Apullia in search of Apullus, 1814
Bacchus and Ariadne, 1840
The visit to the tomb, 1850
6.9.2022