Señal

«Una voz desconocida / Quiere hacerse familiar»

ACORDES: Am / Dm / G7 / Cmaj7 / Bm / E / C / B7 / A7

Más allá de las palabras

Algo está queriendo hablar

Algo espera que le abras

Algo así podrá pasar

Dentro aún resuena el eco

De los huéspedes de ayer

Algo está buscando un hueco

Donde desaparecer

Una voz desconocida

Quiere hacerse familiar

Una frase repetida

No se deja atravesar

Fuera siempre suena el paso

Del que te vendrá a pisar

Alguien sin dejar un trazo

Va encontrando su lugar

Todas las voces vienen del infierno

Sin pasaporte ni hogar donde van

En el oído hace nido el infierno

Con sus viajeros que nunca se van

Más acá del aire oscuro

De este lado del cristal

Apretado contra el muro

Duerme atento un animal

Entre luz de hogar y hoguera

Tiembla el fuego en el umbral

Algo está callando afuera

Nadie más ve la señal

2014

Estatuas ecuestres I

A galope detenido

por el fusil de Marey.

En años de escarapelas,

un disparo congelado

y para siempre de pie,

cabal sobre su montura,

denso de frente y perfil,

líder inmóvil, un héroe.

Sobre el pastel democrático

se multiplica la efigie.

Como la voz el tribuno,

el caballo alza las manos

y el sable en alto reparte

la gloria firme entre pares.

Uno por plaza, sostienen

el cielo de las repúblicas.

En la quietud de la tarde,

galopan desordenados

a la batalla perdida

en tiempos desvanecidos.

Persisten, por ser de piedra,

los ademanes de mármol

y el brío en sí inagotable,

con su horizonte invisible.

Del enemigo tomados

los modelos ejemplares,

emperadores y reyes

de riendas por desatar.

En común el contrapunto

de exaltación fugitiva

y fría conservación

del pedestal conquistado.

Del invasor sustraídos

los cascos a la carrera.

De la espuma original

a un océano de tierra,

por renacidos centauros

atravesado al galope.

Plumas, pintura de guerra

y el mito otra vez destino.

Polvo y humo sobrevuelan

la despoblada pradera.

Sobre el campo de batalla,

las almas de los jinetes.

Diezmada caballería.

Cinco cascos por cabeza

del cuerpo representado

por la cabeza de bronce.

Retórica de la piedra.

Lo no ocurrido y cantado.

El gesto fuera del tiempo

del capitán consagrado

que las nubes alejándose

desenmascaran. Las horas

sucesivas de la plaza.

La sorda planicie virgen.

Horizontal decadencia

del elevado modelo.

Cimientos devienen tumbas

de soldados sin fronteras

bajo cada suelo patrio.

Bajo las manos alzadas

del arrestado caballo,

las herraduras dispersas.

Regimiento licenciado

de conductores de ayer,

con su homenaje menguante

como una magra pensión.

Con el aire de esa época

que levantó su teatro

y persiste como farsa

del tiempo de las glorietas.

Por el fusil de Marey

lanzadas en perdigones

para dar centro a los parques

de pueblos y capitales.

Por el orín maltratadas

con sus metales hinchados,

sólo el músculo perfecto

de algún animal las salva.

12–15.3.2022