El régimen de la ficción

el texto lo atraviesa todo

El objeto ideal de la ficción en nuestro tiempo es un objeto poroso, es decir, un relato en el que lo importante no es ya la disposición de sus claves internas, sino la multiplicación de sus vías de acceso. Semejante construcción, determinada en función de su presencia en el circuito de las comunicaciones, ha de presentar la inconsistencia necesaria para dar paso a cualquier espectador, cualquier lector, cualquier punto de vista, cualquier interpretación. Su exposición no remite a un saber, sino a un silencio enmarcado en el que cada oyente puede hablar con la misma pero nula autoridad. Ante este panorama, los dispersos intelectuales de hoy se ven en igual situación respecto al pueblo que las células revolucionarias de la época de los zares, aunque no pueden remitir al futuro sino ya sólo a la eternidad el valor de las ideas que sostienen. Hay una correspondencia entre el pensamiento débil y la debilidad mental: así como el terrorismo, según lo entendió Hegel, es “la dictadura total del espíritu”, su revés es la impotencia de éste y en ese llano sin fronteras crece lo que antes se vio aterrorizado.

Comunicaciones imaginarias

Una sociedad de emisores

Barthes deconstruido
Barthes deconstruido

Vivo en una sociedad de emisores (siendo uno yo mismo): cada persona que encuentro o que me escribe me dirige un libro, un texto, una declaración, un prospecto, una protesta, una invitación a un espectáculo, a una exposición, etc. El goce de escribir, de producir, presiona desde todas partes; pero, como el circuito es comercial, la producción libre permanece atorada, enloquecida y como extraviada; la mayor parte del tiempo los textos, los espectáculos, van donde no se los llama; encuentran, para su desgracia, “relaciones”, no amigos, mucho menos compañeros; lo que provoca que esta especie de eyaculación colectiva de la escritura, en la que podría verse la escena utópica de una sociedad libre (donde el goce circularía sin pasar por el dinero), se oriente hoy día hacia el Apocalipsis.

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