Postales y sellos II

BUCÓLICA

A la Ardilla en el sidecar

¿Para qué un Mercedes si la vida cotidiana

instala semáforos en todas las esquinas?

Tomar café y fumar en esta tierra de nadie

la hace tan íntima que predispone al ocioso

incluso a tomar partido. Sí, toma una silla

y da un sorbo. La tarde se ha vuelto provinciana.

Las huellas fugaces se depositan y el aire

oscila leve entre el descampado de la siesta

y el arroyo del paseo, donde fluye libre

el pueblo y cada uno es su propio policía.

Plaza Lesseps, 19.6.2021

DESVÍO

Ese modo de mirar

a la vida de reojo,

aferrado a algún antojo

que no vas a confesar,

un baúl lleno de caras

en el fondo de tu mente

y delante ese pariente

que no vas a recordar,

esas manos tan avaras

que te hacen desconfiar

y el recelo de lo dado

que recibiste en herencia,

todo eso, con paciencia,

se desliza y arrastrado

de un año a otro, cambiado,

guarda siempre su lugar.

19.6.2021

RETORNO

Nueva ola de personas con onda

transmitiendo otra vez en diferido.

Las antenas ahora son redondas,

pero igual todo vuelve en una ronda

y aquí llega aquel éxito perdido.

20.6.2021

TALLA

No quites el adjetivo. Quita al editor.

No renuncies a tu musa. Renuncia al lector.

No eduques el oído. Sólo ignora el rumor.

Así pules verso y prosa

hasta acabar una cosa

que puede esperar sola, y es mejor.

Rocatel, 24.6.2021

ENCRUCIJADA

Un ejército de viejas interrumpe el tráfico

en sentido opuesto a la apertura del Mar Rojo,

pero dentro del mismo paréntesis de tiempo.

Un viejo tomando mate, con el mate lleno

de ideas chupadas hasta lavarles el alma.

En la corriente inmóvil la arena en fuga aprieta.

28.6.2021

ANTÍDOTO

Del plano al círculo se concentra lo disuelto

y la dosis tolerable se vuelve mortal.

Ver a tus amigos recrear la telaraña

del mundo y la ciudad que te rodean, cerrando

la trampa que debía quedar fuera de casa,

equivale a comprobar la ley de gravedad

o la gravitación de los planetas, que cumplen

puntualmente sus pronósticos donde nosotros

faltamos o sobramos. Divide y reunirás:

que reciba cada uno el correo a su nombre

y sea garantía la ausencia de testigos,

para que en público la comedia haga reír.

30.6.2021

GAVIOTA

Sobrevolando el mar por encima de las nubes,

el paisaje es más claro porque todo da igual.

30.6.2021

MARCHA

Regresa victorioso y así ingresa

por la puerta mayor de la ciudad,

aclamada su histórica proeza

con inequívoca unanimidad

desde ambas orillas del cortejo

que encabeza para deslumbramiento

popular y patricio, en un reflejo

del fuego que impuso al agua y al viento.

Saluda y nadie ve la despedida,

pero querría apurar el ocaso

para errar más allá de la avenida

y solo y olvidado dar el paso

en falso que lo entregue a esa otra gloria

exclusiva, que excluye la victoria.

1.7.2021

ALMA

Yo también quise cantar

y hacer cantar la guitarra.

Me planté en la encrucijada,

pero el diablo me plantó.

Y así, queriendo tocar,

me tocó en cambio escuchar,

sutil, sonriente, esperando

para decir “hasta luego”.

2.7.2021

TELA

Ayer me puse a pintar

y rescaté lo perdido:

desplegado y extendido

lago azul para nadar.

Estaba quieto y dormido.

Pero igual no pude entrar.

2.7.2021

Los desiertos obreros 5

Legionarios romanos (bajorrelieve)

Para Carla a la intemperie

Marcha a coro

No para holgar ni regocijarnos sobre terrenos de cultivo estériles,

ni para usar como lecho la materia reservada a la edificación

o para entrar en el juego de las fieras por nuestra mano acorraladas,

y menos para entregarnos a la admiración sentada de lo que arde solo,

hemos puesto el pie en el camino y el camino a través del llano,

sino para inscribir, con piedras bien afiladas y regularmente hundidas

en el dócil paisaje indeciso que vamos dejando, orgullosos, de lado,

el recorrido definitivo, aunque el viento cubra de polvo nuestras huellas,

por el que este mapa existe y nuestros seguidores habrán de copiarlo.

Legionarios de baja, nosotros que reunidos herimos y sangramos

sin piedad ni terror ante los ojos de jueces bajo la misma amenaza

en Farsalia, Salamina, Maratón, Marengo, Lepanto, Waterloo,

hemos dejado nuestras fortalezas desguarnecidas hace largos años

y ni siquiera hemos recogido las tiendas de olvidados campamentos

entre los que aún florecen los campos nutridos por los rezagados,

para errar desembarcados lejos de las costas, como dentro del círculo

inagotable y azul del deshabitado centro del mundo, sobrevolado

por mensajeros y presagios, en flagrante y ostensible contradicción

con el principio a partir del cual tendimos puentes y talamos bosques,

abriendo el claro donde mostrar, de una conciencia por fin resuelta,

el designio y su cumplimiento, el signo y su proliferación acorde. 

“Verás el mundo”, decían, “harás amigos”, decían, “tendrás oro”, decían,

“y mujeres”, agregaban, resumiendo en la última posesión toda riqueza,

pero nada podían decir, educadísimos propagandistas del imperio,

del país aún cerrado, ni del hermano ignoto, ni del súbito fuego en el río,

ni mucho menos de la esclava oculta entronizada hasta la deserción

por cada uno que supo defender, de un programa orientado a su retiro,

el destino leído por las cantineras en las líneas de su propia mano,

o cifrado en los dados por ésta arrojados al polvo casual, sobre la mesa

despejada de inmediato tras cada partida, al margen de en qué dirección. 

Enrolados para huir del arado, para no ver pasar los dorados estandartes

inclinados junto a los bueyes recibidos en herencia, fatales como la lluvia,

marchamos sobre las ciudades dispersos, por vías separadas, paralelas

a pesar nuestro por lo común de nuestras historias, intercambiables

entre las sombras de los funcionarios, desembocamos bajo las chimeneas

más altas, las que se veían desde lejos, donde nada era asado excepto

las espaldas de los forjadores, acopiamos musculatura heterogénea

detrás de la rueda, bajo la grúa, sobre la palanca, dimos al brazo un oficio

y a la mano el valor de su multiplicación por los dedos, fina conciencia

depositada partícula a partícula, recogimos la bandera de Espartaco

desplegándola de fábrica a fábrica y con los mismos sentidos despiertos, 

las consecuencias de las declaraciones formuladas en aquellos días.

Los veteranos reconocemos a nuestros semejantes aunque se escondan

y saludamos con discreción el aire de su retirada, testigos confiables

por haber sido acusados, con razón, de los actos que ahora toca callar,

deudos de guardia ante el abismo desde el que crece, recomenzando,

el círculo desplegado a partir de su azul recóndito sobre la llana extensión

desatada en el oleaje amarillo que crece y crepita elevado al cuadrado.

Diciembre 2016