La biografía como desmitificación

"Lo muy preciso tritura / tu vaga literatura"
«Lo muy preciso tritura / tu vaga literatura»

En relación con el autor, la obra se encuentra siempre en el extremo opuesto al de la biografía y a menudo señala el sentido inverso. Lo que en la obra sólo se encuentra destilado y transfigurado, despojado ya del sustrato circunstancial en que la inspiración pudo hallar estímulo, corresponde no a esta clase de origen, que por otra parte, al tratarse de arte o pensamiento, no es la única fuente sino tan sólo uno de los muchos puntos dinámicos que alimentan toda una red de referencias –la tradición, las tendencias de la época, los encuentros accidentales con otras disciplinas pueden ser algunos de los otros nudos- puestas en juego cada vez que se arrojan los dados de la interpretación sobre el tablero fijado por las reglas internas de composición en cada caso, sino al destino supuesto por la disposición, el desplazamiento y la sucesión de los signos distribuidos dentro de ese campo: no exactamente al sentido, aunque éste determine las coordenadas de que es posible servirse para orientarse dentro de este movimiento, sino a lo que ha logrado crearse más allá del círculo de las explicaciones posibles, faro ilocalizable en la dimensión previa a su aparición cuya luz irradia sin embargo la totalidad de sus partículas dentro de ese espacio ajeno. Respuesta a un llamado excluido de las vocaciones rentables, al margen del efecto colateral de riqueza que puede producir en ocasiones, no sólo ilustra un mito sino que proyecta otros como, sin ir más lejos, el de su autor, en cuyo desciframiento por los hechos en los que ha dejado rastro se empecinan los biógrafos, aunque antes lo que logran es su disgregamiento.

"Yo es otro"
«Yo es otro»

La lectura de la biografía de un autor de vida difícil, marcado por la tragedia o la simple desgracia, por circunstancias adversas o estados de conciencia dolorosos, o complicados, suele ser más deprimente que la de sus obras; los pormenores e interpretaciones tenazmente reunidos y elucubrados por los investigadores son parte del mismo orden de cosas que el rumor y la opinión, convenientes para la difusión de una obra pero enemigas de su verdad, que no se deja diluir, y caen más del lado del vaivén que procura la restauración de lo que la obra procura superar, o de aquello de lo que procura reponerse, a lo que quiere imponerse, que de del que sirve a la catapulta para lanzar su carga sobre o contra la muralla enemiga. “El conocimiento del mal es un conocimiento inadecuado.” (Spinoza) La multiplicación de caminos que alejan de lo esencial se produce hasta en las biografías escritas desde una justa admiración, en la medida en que falta lo que las justifica y hay que buscar en otra parte; pues ni el biógrafo más riguroso, ni el más dedicado, ni el más perspicaz podrían lograr que la suma de los hechos demostrables y los testimonios fidedignos diera alcance al significado siempre en fuga de una invención inesperada. Muchas veces el empeño en descubrir la verdad padecida esconde la voluntad de desenmascarar para degradar. No es el caso de todos los que escudriñan una máscara impulsados por el deseo de ver a través de ella el emprenderla a martillazos contra su forma o su materia, ni el querer a toda costa fundirla o malvenderla; sin embargo, la honestidad tampoco alcanza a ofrecer un equivalente a la inexplicable o, mejor dicho, irreductible diferencia, precisamente, puesta en evidencia por la obra concluida. Philippe Sollers, en su prólogo a los ensayos de La guerra del gusto (1994), lo dijo muy bien y puede repetirlo cualquier creador: “El prejuicio quiere sin cesar encontrar un hombre detrás de un autor: en mi caso, tendrá que habituarse a lo contrario.”

lápida

Publicado por

Ricardo Baduell

Desde hace veinte años me dedico a ayudar a escritores y personas que quieren escribir a concretar sus proyectos. He colaborado con reconocidos autores latinoamericanos y españoles en diversas obras publicadas, así como con muchos escritores noveles de ambos lados del Atlántico. Trabajo además con editoriales y agencias literarias, analizando y seleccionando manuscritos. ¿Escribes? Escríbeme (ricardobaduell@yahoo.com). O llámame (+34 667 912 702). O visita mi nuevo sitio Ricardo Baduell Book Doctor (baduellbookdoctor.com).

5 respuestas a “La biografía como desmitificación

  1. Las biografías al uso son aburridas y falsas. Solo cuando contienen esa deliciosa mezcla de granito y arcoíris a la que apelaba Virginia Woolf, pueden llegar a ser estimulantes. Personalmente creo que la «gracia» de la biografía está en el biógrafo (en su estilo, en su punto de vista como catalizador del material), no el la vida del «personaje» en cuestión.

    1. Esto es cierto, pero quizás yo no hubiera escrito este artículo si pensara que el problema no es intrínseco al género. Porque incluso en obras tan creativas como el biopic de Todd Haynes sobre Dylan (I’m not there) la cuestión persiste: todas las imágenes que el sujeto proyecta aunque no se lo proponga en quienes lo rodean y hablan de él, como testigos, en lugar de aclarar lo que la obra dice resultan expresiones mucho más vagas y opacas que un solo verso, una sola frase bien escogida de la obra, que viene a ser en sí una evidencia, como un rayo de sol a través de las nubes. Si planteamos el arte como «superación de la vida», incluso a través de un «arte de vivir» que permitiría ir más allá de lo dado (la vida), un arte de jugar las cartas que se han recibido del destino para ir más allá de lo predecible por las circunstancias, insistir justamente en estas circunstancias como de hecho DEBE hacerlo una buena biografía es como volver a poner el origen una y otra vez delante del caminante por más que lo esencial, para éste y para su obra, lo que incluye a sus lectores, sea su destino, eso inesperado por las circunstancias y manifiesto en la obra que el autor se empeña en introducir en su medio para, a cambio, poder salir de él, trascenderlo. Desde este punto de vista, lo que Haynes ha escogido muy bien, como consciente del problema, es el título de su película (I’m not there). La biografía siempre se escribe cuando el sujeto ya no está ahí, no porque ya haya muerto sino por su empeño en despertar de la pesadilla que es la historia (Joyce), lo que al menos logra de a ratos en su obra. De estos ratos, que son lo esencial de su vida como artista, quizás sólo pueda dar cuenta un buen retrato, sintético como lo es toda obra de creación (y la biografía caería más bien del lado del análisis: una desmitificación, justamente). Posiblemente se podría decir algo parecido de la prosa en relación con la poesía (la infantería comparada con la fuerza aérea, según Joseph Brodsky, aunque yo me imagino más bien en la artillería).

      1. Sí, tienes razón, pero también creo que todo depende de lo que entendamos por «biografía». Wikipedia, el Orlando o la biografía de Roger Fry, las biografías de Pietro Citati o las biografías convencionales de Adolfo Suárez, Mandela o Audrey Hepburn. No sé. Tal vez lo interesante de las obras biográficas es que nos pueden llegar a despistar porque muestran ángulos distintos a los que la «historia oficial» jamás se atrevería a acercarse. En fin, un tema complejo que a mí personalmente me fascina.

      2. A medida que nos escribimos pienso que el artículo deja todavía mucho por decir y que debería ampliarlo; el ritmo bloguero suele llevar a escribir demasiado apretado, a decir atropelladamente lo que quizás requiere un tiempo de exposición mayor, por más preciso que uno se empeñe en ser aunque sea rápido. Identificar la biografía con la vida puede inducir a error; yo diría que la vida del autor se expresa cabalmente en la obra, mientras que la biografía restituye todo aquello a través de lo que ha tenido que abrirse paso. No se trata del par ficción/realidad, salvo en el aspecto en que «la realidad mata, la novela vivifica» Esto lo dice Sollers también, como lo de que «escribir y vivir son lo mismo». Así que, al final, es la vida del biógrafo la que se expresa en las biografías. (Y es esto lo que juzgamos, como tú misma haces cuando distingues entre unas y otras.) Lo que está en juego es la diferencia entre la interpretación «social» de un carácter y lo que éste revela de ajeno o contrario a esa sociedad que, por darse en su seno, la compromete inevitablemente. ¿Pero cómo hacer esa historia interior? Esto es lo que creo que está mejor cifrado en la obra que expuesto en la biografía, pero quizás habría que escribirlo un poco más largo para que la tesis esté bien expuesta.

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