
Presagio
El perfil sigue nítido en la piedra
y el aire eleva la expresión grabada,
pero siento del pedestal el peso
arrastrando la forma, como hiedra
que sumerge su muro en una nada,
hacia el magma, como se funde el yeso,
de la materia sin significado,
que aun después de haber sido tomada
persiste, cualquiera sea, obstinada,
en el rechazo del que le fue dado.
La intención todavía se ve enfática,
y enérgico el ademán sostenido,
pero va resbalando la razón
en que se apoya la mano fanática
con su verdad, su parlamento erguido
y el arma a punto de dar su lección.
Aunque alce la voz, esa palabra
que el aire en torno hubo poseído
ya no se ve y lo que en él fue leído
ni se entiende ni la conciencia labra.
Sólo queda del poder la violencia
expresa en cada músculo tallado,
sin que el orden pretendido la libre,
ni en lo admirado, de la indiferencia
o ya del rechazo hacia su forzado
propósito o sentido, ni equilibre
la crueldad de su dominio callado.
Confuso es lo que entonces oponía
el mito a la voluntad que oprimía,
pero hoy es evidente lo ocultado.
¿Y es ésta la piedad en la tragedia?
Como cae el sentido en el olvido
y el ídolo deviene una reliquia,
cuando la forma vuelve a ser materia,
el héroe vuelve a ser un hombre herido
y se salva la muralla que sitia.
Florencia, 23.8.2023
Barcelona, 1–3.12.2023































